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¿Te atreves a romper tus paradigmas de crianza?

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Los seres humanos somos criaturas de costumbres. En un gran porcentaje, vamos repitiendo patrones, conductas, actitudes, hábitos, ideas, creencias que nos fueron inculcadas a través de nuestra propia crianza. Así es como la cultura se va transmitiendo de una generación a otra.  Hacemos el flan igual que la abuela, doblamos la ropa igual que mamá, acomodamos el cuarto igual que papá, celebramos los cumpleaños igual que nos los festejaban a nosotros, comemos lo mismo que nos cocinaban en casa, compramos las mismas marcas que la familia, en fin, es una lista interminable de características, que sin darnos cuenta, forman parte de nuestra vida.  Miles de estas características son intrascendentes, pero hay otras que definen quiénes somos y sobretodo quiénes queremos ser.

Seguramente todos hemos escuchado frases como “así lo hacían mis papás”, “a mi me manejaban con la pura mirada”, “en mi casa nadie hablaba de sus emociones”, “mi papá jamás me abrazó”, “mis papás me decían que si lloraba me iban a dar, para que tuviera razón para llorar”, “cuando me caía de la bici, me decían no exageres, no es para tanto”, “si hacía un berrinche, me mandaban a mi cuarto solo para que me calmara”, “si no obedecía me contaban hasta tres y sino ya sabía”, “si me portaba mal, me dejaban de hablar”, “tenía que sacar buenas calcificaciones para que pudiera sentarme a cenar con ellos”….. todas ellas seguidas de “y mira que bien salí”.

Ahora, las preguntas importantes son ¿Estás seguro de que saliste bien? ¿Consideras que esas costumbres abonaron para que tuvieras el mejor desarrollo emocional, psicológico y físico posible? ¿Debes repetirlas?  

Cuando decidimos convertirnos en padres o madres, tenemos la obligación de hacer una pausa en nuestro camino, de analizar, de examinar, de dudar, de preguntarnos y de concientizarnos sobre si todos esos patrones, conductas, actitudes, hábitos, ideas y creencias son dignas de seguirse transmitiendo o si hay otros caminos, otras maneras.

El problema es que por un lado, tenemos nuestra propia historia que está grabada en lo más profundo de nuestro espíritu, por el otro están nuestras familias, amigos y sociedad que nos observa y juzga constantemente sobre nuestras prácticas y decisiones de crianza, y al mismo tiempo están las instituciones de las que nos sostenemos (p.e. escuelas) que nos piden que nuestros hijos se ajusten a cierto modelo requerido.

Afortunadamente todos los días hay más evidencia científica de expertos en psicología infantil, psicología evolutiva, teoría del apego, neuro desarrollo, que abogan por una crianza diferente. Les debemos a nuestros hijos sumergirnos un poco más en esto, mejorar nuestro entendimiento y tener el valor de cambiar las prácticas de crianza a las que estábamos acostumbrados. Les debemos, observarlos y preguntarnos si nuestras decisiones como padres son las que corresponden para su mejor desarrollo. Seguir nuestras costumbres o hacer lo que todos hacen parecería lo más sencillo. Pero cuando sabemos cómo hacerlo mejor, debemos hacerlo mejor.

Cuando te preguntas si tu amor hacia tus hijos es incondicional, si cuando están en su peor momento es cuando más cerca estás de ellos, si pueden llorar contigo todo lo que no funciona en su vida, si aceptas al hijo que tienes o añoras al hijo que quisieras, si tu eres su lugar seguro, si tus métodos de disciplina les ayudan o al contrario son como echarle gasolina al fuego, si eres el adulto que tus hijos inmaduros necesitan, si tus hijos quieren estar cerca de ti, si te siguen, si eres su guía, si pueden descansar en tu cuidado… Te tengo una buena noticia, estás empezando a ver las cosas diferente.

Cambiar, mejorar, romper nuestros paradigmas, hacer las cosas diferente, no es fácil. Toma tiempo, valor, lágrimas, resiliencia, es frustrante y no es un proceso lineal. Pero tus hijos y los hijos de tus hijos te lo van a agradecer. En ti está el poder de cambiar generaciones enteras que no tengan que romper sus paradigmas de crianza, sino que quieran repetirlos una y otra vez. ¡Atrévete!

Lic. Ma Esther Cortés

Asesoría en Educación y Crianza /Facilitador Autorizado Instituto Neufeld

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