NIÑOS INDEPENDIENTES

Llega el momento en que empiezan a decidir por ellos mismos. Este paso no siempre es fácil, especialmente para los padres quienes tienen que enfrentarse a la idea de que sus hijos comienzan a sentir la necesidad de ser independientes. Sin embargo, para los niños este cambio es positivo y necesario porque, a fin de cuentas, uno de los objetivos de la educación es, precisamente, preparar a los pequeños a vivir de manera independiente.

Los primeros pasos que dan los niños hacia esta nueva búsqueda generalmente están determinados por el grupo de amigos que les rodea y por los estándares marcados por la publicidad. Es entonces cuando nuestro hijo decide decolorarse el pelo, raparse o dejarse una melena de ermitaño.

Una reacción muy frecuente en los padres es intentar seguir imponiendo su gusto y estilo y tratar de convencer al pequeño de cambiar su decisión. Sin embargo, la mayoría de las veces no resulta y ambas partes acaban de enojarse. De un lado, porque no se logró imponer lo que se quería y del otro, porque hubo una franca oposición a una decisión que se considera muy importante y firme.

Lo mejor en estos casos es dejar paso a la flexibilidad, dentro de los límites de lo aceptable y permitir a nuestro pequeño explorar por sí mismo cuáles son sus gustos reales y qué cosas le quedan bien. Poco a poco, con el tiempo, aprenderá a ser menos estrafalario y a elegir su propio estilo. Lo más que puede pasar es que un día lo veamos llegar con un “penacho”, pero afortunadamente, la sabia naturaleza hace que el cabello vuelva a crecer y a adoptar su forma y color iniciales; el vestuario basta sólo con cambiarlo.