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LA FRUSTRACIÓN EN LOS HIJOS AHORA QUE ESTAMOS EN CASA.

La frustración es un sentimiento desagradable, que surge cuando no podemos conseguir lo que queremos, es así como podemos definir esta palabra que guarda tantos matices.

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Colaboración: Maru Bergés

Antes de abordar este tema que me parece muy importante, quiero expresarles mi deseo de que este ciclo escolar 2020-2021 sea muy buen año para todos.

La frustración es un sentimiento desagradable, que surge cuando no podemos conseguir lo que queremos, es así como podemos definir esta palabra que guarda tantos matices.

Y como lo iremos entendiendo en la reflexión de hoy, la frustración es una mezcla de varias emociones, entre tristeza, enojo, ira…  es algo que no podemos evitar en nuestros hijos, y mejor dicho, no debemos evitar; es necesario que los niños vivan este sentimiento o mezcla de sentimientos, para que aprendan a manejarlos de una forma asertiva y aprendan a desarrollar la capacidad de “tolerar la frustración”.

Es necesario que los niños:

  • Vivan los fracasos como algo natural, como personas que están aprendiendo, y que es normal equivocarse; que de esta forma se aprende y además que hay que ver el lado positivo de esos errores.
  • Puedan ver y reconocer las emociones que viven en la frustración, para hacerlas conscientes y desarrollar las herramientas emocionales para manejarlas asertivamente.

En todo caso, el enojo, como cualquier otro sentimiento es normal y humano, hasta necesario.

Es algo que nuestros hijos experimentarán muchas veces en su vida, porque las cosas no siempre resultan como las queremos…

Como adultos, lo que normalmente hacemos cuando los niños se enojan es:

  • Regañarlos, gritarles y a veces, hasta golpearlos y esto no es útil para ellos ni para nosotros, además les transmitimos el mensaje de que cuando se sienten así, no los queremos.
  • Darles lo que quieren para que no se enojen lo que refuerza ese comportamiento ya que aprenden que enojándose y exigiendo, es una forma eficaz de obtener lo que quieren y “se salen con la suya”. Lo grave de esto, es que son conductas que se establecen como patrones en su vida.
  • Dejarlos explotar y llegar hasta niveles donde pierden el control entonces golpean o presentan comportamientos destructivos, lo cual puede convertirse en pautas de comportamiento.

Como ven, es necesario enseñarles a nuestros hijos la manera adecuada de manejar su enojo. A continuación, les propongo algunas recomendaciones para que los niños vivan el enojo de forma natural:

  • Elegir un espacio en casa donde puedan sacar su ira, con algunos objetos que les sirvan para ese fin, como cojines, objetos suaves que puedan golpear como punching bags, muñecos de plástico que puedan golpear sin lastimarse, etc.

El Niño sabrá de antemano que ese espacio es para eso, y que cualquier miembro de la familia lo deberá usar para sacar su frustración y su coraje.

  • Haciendo alguna actividad física como subir y bajar escaleras, salir a caminar o correr; o bien darse un baño; o respirar profundamente para recobrar la calma, explicándole que de ninguna manera está permitido lastimar a las personas que se encuentran con él, o faltarles al respeto.

Muy importante:

  • Estar al pendiente del Niño durante este momento (sin prestar mucha atención) y NO DARLE lo que quiere para evitar el conflicto, ya que con esto entras en su juego.

Y si llora, está bien, el llanto es una forma de desahogar la frustración y el estrés, al permitírselo expulsan la tensión y algunas sustancias tóxicas que se generan durante una crisis de ira.

  • Comunicarle que, aunque esté enojado, de todas formas, lo quieres.
  • Hacerle ver que, aunque se enoje más, NO obtendrá el permiso o lo que quiera que le compres, etc.

Cuando esté más tranquilo hay que reconocerle que logró calmarse, que no es malo sentirse enojado, que todas las personas en algún momento nos podemos sentir así cuando las cosas no nos salen como queremos o cuando no nos salen bien en el primer intento, y que es normal y es muy importante saber qué hacer cuando nos sentimos así, y lo más importante, que es necesario darse cuenta que está enojado y que ese sentimiento es posible manejarlo de esa forma.

Hay que enseñarles a hablar de lo que sienten propiciando espacios familiares en los que, cada quien, exprese sus sentimientos, para que les sea fácil reconocerlos y así saberlos manejar, ayudándoles a entender que las cosas, las situaciones y las personas son como son y no tienen que ser como él quiere.

Para terminar, quiero recordar una idea del artículo del tema de los límites: [A los niños hay que dejarles bien claro el “por qué” se les dice que NO; y que, aunque se enojen, seguirá siendo NO, así evitaremos la lucha de poder.]

Lo más importante, como lo he dicho varias veces, y lo seguiré diciendo, es que lo que hagamos por nuestros hijos, les sea realmente útil y les sirva para la vida.

Con esto me despido, esperando que puedan hacer una reflexión que como adultos es necesario que revisemos: ¿Qué hago yo cuando me frustro? ¿Qué tanto tolero la frustración? Y ¿He sido modelo de intolerancia para mi hijo?

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