fbpx
2020 Publicación Apoyo

A Considerar

El nuevo ciclo escolar 2020-2021, ¿Cómo lo vas a aprovechar en la nueva realidad?

Esta semana inicia el ciclo escolar oficial para los estudiantes en México. Y en lo que la mayor parte de los actores involucrados coincide es que está lleno de incertidumbre, ansiedad, miedo, dudas, pero al mismo tiempo de esperanza, ideas, innovación y potencial.

avatar

Publicado

en

Lic. Ma Esther Cortés
Asesoría en Educación y Crianza /Facilitador Autorizado Instituto Neufeld
Facebook @amareducarmadurar
Instagram @amareducarmadurar
maecl3@gmail.com

Esta semana inicia el ciclo escolar oficial para los estudiantes en México. Y en lo que la mayor parte de los actores involucrados coincide es que está lleno de incertidumbre, ansiedad, miedo, dudas, pero al mismo tiempo de esperanza, ideas, innovación y potencial. No podemos olvidar que venimos de un cierre del ciclo anterior que fue diferente, por decir lo menos. A partir de marzo los niños y jóvenes dejaron de ir físicamente a la escuela, las clases se trasladaron al ámbito virtual en el mejor de los casos, la educación a distancia se convirtió en el puente de salvación al que todos nos subimos, con la esperanza de que en unos meses todo volvería a la normalidad.

Llegó el verano y aunque la esperanza de un regreso a clases presencial para el nuevo ciclo no desaparecía por completo, en realidad sabíamos que eso no sucedería. Y fue entonces cuando los padres de familia, las escuelas, los maestros y los estudiantes empezaron a experimentar una vorágine de emociones con respecto a su futuro, al futuro de la educación que conocemos o que conocíamos. Se han abierto una infinidad de opciones para tratar de sustituir el modelo de la escuela presencial. La escuela por televisión, la escuela a través de plataformas especializadas y no especializadas, la escuela en modalidad mixta, la escuela en casa o “homeschool”, la escuela que te envía a los maestros a tu casa, la escuela en donde el padre de familia contrata a un maestro para que vaya a a su casa, la escuela en donde hay clases particulares a distancia, la escuela de   grupos de aprendizaje o “learning pods”, incluso la no escuela por un año.

Parecería que nuestra capacidad de adaptación y cambio ha dado resultados. Las opciones son muchas, pero lo que en realidad nos deberíamos de preguntar es si estos cambios son reales o solamente son de forma. Tanto padres como maestros y escuelas hemos estado muy ocupados en saber ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a dar las clases? ¿Qué vamos a necesitar?, el día a día ha acaparado toda nuestra energía.

Pero ¿Hemos cambiado algo del fondo? Nos hemos preguntado si todas estas modificaciones los van a ayudar a ser mejores seres humanos, a alcanzar su potencial, a modificar el mundo en el que hoy viven y el mundo en el que vivirán en algunos años, a obtener aprendizajes auténticos y significativos para su vida diaria,  a darle a cada alumno lo que necesita de la manera en que lo necesita,  a proveerles a los niños y adolescentes de espacios seguros para que muevan las emociones que tienen atoradas poniéndole mas atención a las artes, a la música, a la educación física, al juego. Es decir, necesitamos tanto padres y maestros ajustar nuestras expectativas y nuestras prioridades. El puro conocimiento académico no es, o no debería ser nuestro principal objetivo. Y aunque quisiéramos que los niños y adolescentes aprovecharan al máximo el tiempo y que recuperaran lo que de alguna manera perdieron a partir de marzo, tenemos que aceptar que en muchos casos no lo vamos a lograr. Es el momento de tener lograr una educación realmente personalizada. Padres y maestros necesitamos asumir nuestro rol de guías y encargados de nuestros hijos y alumnos. Cada familia vive una circunstancia diferente, con características propias que los han llevado a tomar distintas decisiones sobre el nuevo ciclo escolar.  Y ninguna de ellas es buena o mala, correcta o incorrecta.

Si nuestras prioridades están claras, si nuestras expectativas están ajustadas a la realidad que vivimos, si no estamos soñando con imposibles, entonces podemos tomar las decisiones sobre qué educación es la que queremos transmitirles a nuestros hijos, no solamente durante este periodo de crisis sino de aquí en adelante.

Ninguna de las nuevas modalidades sustituye a la escuela presencial, pero cada una de ellas nos ofrece otras muchas ventajas porque nos da la oportunidad de ver la educación desde un punto de vista diferente. Es el momento de aprovechar esas diferencias, pero no solo en la forma, sino sobretodo en el fondo. Ningún tiempo es perdido, los niños y adolescentes van a seguir aprendiendo, en nosotros está la decisión de qué es lo que les queremos enseñar.

Continue Reading
Da click para comentar

You must be logged in to post a comment Login