CONSECUENCIAS DE LA SOBREPROTECCIÓN

Quiero retomar una de las últimas frases del artículo anterior para darle la importancia que merece.  La frase es: “… ir soltando a nuestros hijos, permitiéndoles SER, HACER… VIVIR sus propias vidas…”

Si queremos hijos felices y autónomos que puedan ser capaces de realizarse, tomando sus propias decisiones y capaces de relacionarse de forma sana, y en consecuencia, adultos independientes; es necesario hacerlo desde que son muy pequeños. Con esto no quiero decir que no los vamos a educar o que no vamos a estar pendientes de ellos; todo lo contrario, sí estaremos pendientes, y sobre todo, que aprendan cómo desenvolverse y cómo valerse por sí mismos, enseñándoles cómo se hacen las cosas, no haciéndolas por ellos, y así aprenderán a ser autosuficientes.

Es muy común la frase en las familias de: “…déjalo, está muy chiquito…” o “hazlo tú, el no puede…” y esta frase: “a ver mi amor, lo hago yo por ti…. TÚ NO PUEDES…” lleva toda la carga del mensaje que le estamos transmitiendo, y los niños se lo creen, crecen con esta información: “yo no puedo”.

Esta es una huella muy profunda que queda grabada en los niños, muy difícil de superar, y es que la sobreprotección lo único que genera es inseguridad y miedo, pues aprenden a vivir en un mundo en el que siempre se les dijo: NO, que se ve reflejada en TODO.

En mi experiencia como terapeuta de lenguaje y aprendizaje, es increíble como recibimos casos de niños con “problemas creados” ¡SI!, PROBLEMAS CREADOS por los padres debido a la sobreprotección; niños que no hablan bien, porque han sido consentidos al extremo tal, que no aprenden a hablar, porque ¡NO NECESITAN HABLAR!, es decir, no ha surgido en ellos esa intención comunicativa que los lleva a tener la necesidad de hablar, porque sus padres y los adultos que están a su cargo, les resuelven todo con un simple gesto, una seña o simplemente porque creen que necesitan algo, evitándoles la molestia de hablar.

Así como puede generarse un problema de lenguaje debido a la sobreprotección, se pueden crear también problemas de aprendizaje en los niños; el hecho de no permitirles hacer las cosas por sí mismos, además de que les va creando dependencia a otra persona, les va anulando sus propias capacidades para desarrollarse cognitivamente, desencadenando procesos de inmadurez en el desarrollo y por consiguiente dificultades significativas para el aprendizaje.

Y el último aspecto que quiero retomar en este artículo, acerca de la sobreprotección, es el hecho de que toda esta inseguridad con la que los niños crecen como resultado de una protección extrema, es la incapacidad para relacionarse con sus padres de una manera sana y natural, pues los compañeros se van dando cuenta de este temor constante a la vida de estos pequeños inseguros de sí mismos, y terminan alejándose de ellos, no los toman en cuenta, los señalan, los humillan y los hacen sentir mal en todo momento.

Como pueden ver, este tema es de suma importancia para una educación asertiva, que es en principio, la intención de las reflexiones que me gusta aportar en esta publicación y que espero les sean útiles.

Hay que procurarles siempre a nuestros hijos en cualquier etapa de la vida, un ambiente de seguridad, amor y confianza, donde se sientan libres de SER Y HACER, esto es el mayor legado que les podemos dejar como padres.