Es bastante común que a los niños no les guste hacer tarea. Muchos no entienden por qué si ya trabajaron en la escuela durante la mañana, tienen que llegar a hacerlo nuevamente a su casa. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer para estimularlos y que la tarea no se convierta en una carga tan pesada sino en algo agradable.
Una de las cosas más importantes es crear un ambiente físico adecuado para que el niño se siente a trabajar. Para un pequeño es muy motivante sentir que tiene un espacio completamente suyo. Para ello es conveniente designar un lugar en casa para él y darle todo lo necesario para que pueda cumplir con la tarea.
Por ejemplo, puede haber un escritorio o una mesa que le quede cómoda y junto un estante donde tenga colores, lápices, gomas, un estuche de geometría, diccionarios, hojas blancas, etc.
El espacio del niño debe estar bien iluminado y de preferencia estar libre de agentes distractores. Un poco de psicología aplicada consiste en permitirles entrar a “su lugar” únicamente para estudiar o hacer la tarea. Esto le dará la sensación de que es un espacio realmente especial que; además, por suerte, sólo le pertenece a él.
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