El uniforme es siempre motivo de discusión estética y económicamente hablando, además de convertirse en un freno en la selección de su propia ropa a quien lo usa. Sin embargo, muy pocos padres de familia saben qué significa el uniforme desde el punto de vista psicológico y, finalmente, pedagógico.
El aspecto psicológico señala que la indumentaria de una persona refleja su personalidad, su modo de sentir, su elección, sea estética o no. Es muy importante que el niño en una etapa evolutiva en la que su personalidad se va estructurando, tenga la oportunidad de elegir y de expresarse por medio de su ropa, lo que proyecta sus gustos, su temperamento y su estilo personal. Visto el tema desde este enfoque, el uniforme no es aconsejable.
En cuanto a la parte educativa, hay que tomar en cuenta que la escuela debe generar en el niño la idea central de la higiene personal, que se manifiesta, básicamente, en las prendas de vestir que se usan. El niño acude a la escuela para realizar una serie de actividades que constituyen su “trabajo”. Requiere estar cómodo, y debe estar limpio, presentable y en orden. Estas condiciones significan también la necesidad de un uniforme que sea fácil de usar, fácil de limpiar y que, sobre todo, le de libertad de movimientos.
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