La tela de araña es un producto muy preciado que cada día ocupa un lugar más importante en los avances tecnológicos. Los hijos que segrega una araña varían en grosor, resistencia y elasticidad, dependiendo de las necesidades del insecto. Las arañas tienen seis órganos llamados hileras que tienen varios poros. De cada poro sale una fibra que junto con las demás van formando el hilo.
Este comentó a utilizase en 1785, en la fabricación de lentes telescópicas. Se usaba para colocar líneas guía, a manera de coordenadas con el objeto de situar cuerpos celestes. Debido a su gran resistencia, su diminuto diámetro y su capacidad para resistir golpes, los científicos están tratando de reproducir esta fibra natural por una sintética, ya que resulta bastante difícil extraer el hilo de las arañas, sobre todo, en grandes cantidades.
Si los investigadores tienen éxito, las telarañas artificiales se podrán utilizar para reemplazar las fibras con las que se hacen los chalecos antibalas y para cubrir partes blindadas, para sostener puentes y para sujetar naves y unidades espaciales.
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