Después de un día lleno de actividades, nuestros hijos necesitan que la última comida del día, que es la cena… sea ligera, ya que al poco tiempo se irán a la cama, por lo que se recomienda que ésta se efectúe al menos dos horas antes de irse a dormir.
Muchas ocasiones a la cena no le damos la importancia que realmente tiene. La cena como la comida o el desayuno debería ser un momento de reunión familiar, donde padres e hijos comenten lo ocurrido durante el día, y enseñen los padres buenos hábitos alimenticios a sus hijos.
Se debe preparar una cena basada en lo que se ha ingerido en la comida del mediodía, para evitar repetir alimentos.
La cena debe ser ligera, ya que las comidas copiosas pueden dificultar el sueño, al mismo tiempo debe ser equilibrada y que aporte los nutrientes necesarios a la alimentación infantil de nuestros hijos.
Para cocinar los alimentos que vayamos a consumir en la cena, es preferible hacerlos al vapor, a la plancha, al horno o hervidos. Evitaremos las frituras, ya que dificultarán la digestión.
Para una cena saludable, se recomiendan los siguientes tipos de alimentos:
Verduras en cremas, ensaladas, cualquier vegetal, así como huevos en tortilla o revueltos, pescado al horno o a la plancha, carnes blancas como el pollo, pechuga de pollo a la plancha, etc.
Teniendo una cena sana y equilibrada haremos que nuestros hijos repongan sus energías y disfruten de un sueño reparador.
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