Los expertos en nutrición han puesto de manifiesto que la comida más importante del día es el desayuno, ya que es durante el mismo que el cuerpo se abastece de los alimentos necesarios para permitir un correcto funcionamiento tanto físico como mental. Esto es especialmente importante para los niños, quienes necesitan
una cantidad considerable de energía para poderse concentrar y tener un adecuado rendimiento en la escuela. Lamentablemente, en muchas ocasiones el poco tiempo de que se dispone durante las mañanas, y la inapetencia natural propia de las seis de la mañana hacen que un número importante de pequeños
llegue el colegio con el estómago prácticamente vacío.
Erróneamente se piensa que esta carencia alimenticia queda compensada con lo que el pequeño consume durante el recreo. Sin embargo, esto es falso por diversas razones. En primer lugar, el desayuno simplemente es irremplazable, además el tipo de nutrientes que el niño ingiere en la escuela, generalmente no le
proporciona las proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales que le aportaría un desayuno completo.
Es preferible despertarse media hora antes, que saltarse esta importantísima comida del día. Para luchar contra la falta de apetito con la que despierta la mayoría de los niños, es conveniente variar los alimentos del desayuno y procurar que sean del agrado de los pequeños. El cereal, por ejemplo, es una excelente fuente de elementos nutritivos, además tiene la enorme ventaja de venir en coloridas presentaciones que los niños adoran y tener un sabor muy agradable.
Otras alternativas son: licuados o jugos de frutas, omelette de huevo, quesadillas, hot cakes, etc. Las opciones son inmensas, así que como ve no hay ningún pretexto para perderse un rico desayuno.
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