En las casas culturales se ofrecen normalmente cursos muy diversos para niños. Uno de ellos son los talleres de teatro y actuación, donde como su nombre lo indica, los pequeños aprenden a hacer pequeñas representaciones. Este tipo de actividades tienen mucho éxito entre los niños ya que a la mayoría de ellos les fascina jugar a que son actores. Una de las ramas más interesantes que la actuación puede ofrecer a un niño es la mímica. El hecho de no poder disponer del lenguaje verbal hace que el pequeño tenga que desarrollar estrategias y alternativas de comunicación usando como herramientas principales su cuerpo y los gestos de su cara. Convertirse en mimos, no es una tarea tan difícil. Sólo se necesita un poco de pintura blanca, un lápiz negro para delinear los rasgos de la cara y darse la libertad de explorar a través de los movimientos corporales.
Los niños disfrutan lo indecible expresándose de esta forma tan novedosa y aprenden al mismo tiempo a ser conscientes de su propio cuerpo y de la importancia de cada una de sus partes. No le llame la atención ser sorprendido por la enorme facilidad histriónica de su pequeño.
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