¿Sabes lo que es importante para tí?

El día tiene 24 horas y por más que queramos tener disponibles más horas que 24 horas en un día, eso no es posible. Tendremos que trabajar con nosotros mismos con la finalidad de hacer rendir nuestro tiempo.

La Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos realiza anualmente una encuesta sobre el uso del tiempo a miles de personas.

De acuerdo estos datos obtenidos, la mayoría de las personas dedican un total de casi veinte horas al día a dormir (8,68 horas/día), a trabajar (7,78 horas/día) y a mirar la televisión (3,45 horas/día).

Al observar los datos podemos preguntarnos que relación tienen estos resultados como la gestión de mi propio tiempo. Sin embargo, independientemente de la manera en que distribuimos nuestro tiempo, la manera en que lo hacemos dice mucho de nosotros mismos. Hay detrás una subjetividad particular en las prioridades que damos a las actividades que desarrollamos.

Recuerdo una plática con una enfermera que trabaja en la unidad de pacientes en estado terminal de un hospital y me decía que lo que los pacientes en general mencionan antes de partir, es que les hubiera gustado aprovechar mejor su tiempo y haber tenido una vida más plena, dejando a un lado actividades que no valían la pena y dedicándose más a aquellas cosas que realmente les importaban.

Esa plática me hizo reflexionar y me surgió la gran pregunta: ¿Qué es lo que me importa?, ¿qué realmente es importante para mí?

Te invito a que hagas un ejercicio de reflexión:

1. Determina qué te gusta, ¿qué es importante en tu vida diaria?, ¿por qué lo haces, ¿qué aspectos de tu vida te hace sentir orgullo por ti? y finalmente ¿de qué manera influyes en otras personas o situaciones que consideras importantes para tí?
2. También pregúntate, por aquello que es indiferente para ti. ¿A qué dedicas tiempo, y que, finalmente son actividades que no son importantes para ti?
3. Finalmente reflexiona sobre aquellas tareas que dedicas tiempo y que no están en armonía con el balance de vida que deseas.

Estas reflexiones te pueden permitir redefinir tus prioridades, pasar a la acción: continuar con aquello que te agrega valor y va en armonía a tu balance de vida; definir aquellas actividades que en la medida posible puedes dejar de hacer o hacer un plan al respecto, así como finalmente iniciar nuevas acciones que te permitan una vida más plena y alineada a tus objetivos y prioridades.