Se acercan los meses más fríos del año y con ellos aumenta de manera impresionante la incidencia de enfermedades respiratorias, desde simples catarros hasta pulmonías y neumonías. En nuestra ciudad la situación se agrava principalmente por dos factores. El primero de ellos consiste en los cambios tan bruscos de temperatura que se da en un solo día. Por la mañana amanece nublado y sopla un viento helado, a mediodía brilla un sol esplendoroso y por la noche desciende la temperatura a una velocidad vertiginosa; por otro lado, el segundo factor tiene que ver con la calidad del aire que respiramos y que nos ha dado el primer lugar mundial en contaminación ambiental.
Por esto conviene que los niños estén preparados para el invierno y utilizar ropa ligera de algodón ya que tiene la ventaja de ser fresca en clima cálido y abrigadora cuando hace frío. Se recomienda el uso de pantalones largos, camiseta debajo de la playera, suéteres abiertos o con cuello en V para que los pequeños puedan quitárselos y ponérselos fácilmente y una chamarra delgada. En el auto resulta aconsejable llevar un juego de guantes y bufanda por si la ocasión lo amerita.
Otras precauciones que se pueden tomar tienen que ver con la nutrición. En esta época es necesario consumir cantidades suficientes de vitamina C, ya que ésta fortalece el sistema inmunológico y ayuda a conservar la salud de las vías respiratorias. Se deben incluir en la dieta diaria frutas cítricas como la naranja, guayaba, limón, kiwi, mandarina, etc. o bien, complementos ricos en vitamina C. Por el tipo de clima, también es bueno que los niños consuman alimentos con un alto contenido energético como nueces, almendras, pistaches, cacahuates, miel, coco, entre otros.
Estas son algunas recomendaciones muy sencillas, pero necesarias para que este invierno sea saludable y agradable para todos. Hay que cuidarse y, sobre todo, proteger a los más pequeños, pues son ellos los más vulnerables.
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