Cuando llega el momento de compartir la mesa, la comida no es el único ingrediente. El ritual de la hora de comer es importante tanto por su valor nutritivo como social. Especialmente en esta época moderna donde ambos padres se ven obligados a trabajar prácticamente todo el día y las posibilidades de compartir tiempo con los niños son relativamente reducidas. Comer juntos es un momento para disfrutar la unión familiar y la compañía.
Aunque un niño no tenga hambre, debe sentarse a la mesa durante la hora de la comida. Los niños necesitan sentirse involucrados, saber que su presencia es importante para todos y sentir que tienen algo valioso que compartir y brindar. He aquí algunas maneras para crear un ambiente agradable para toda la familia:
- Involucre al pequeño en la preparación y la limpieza de los alimentos. Si la preparación es relajada y divertida, el humor para disfrutarla será óptimo.
- Permita que los niños diseñen mantelitos para comer. Se puede utiliza papel de construcción, plumones y posteriormente enmicar cada uno.
- Designe un día a la semana para pedir algo novedoso como pizza, pollo frito, etc.
- Trate de que cada miembro de la familia relate algo nuevo y bueno que le haya pasado durante el día y lo comparta con los demás.
- Decore la mesa de vez en cuando, puede ser una vez a la semana o a la quincena, ponga los manteles largos, adorne con flores o velas.
Todos estos pequeños consejos le permitirán hacer de la hora de la comida, un momento agradable esperado por todos, disminuirá los pleitos que pueda tener con sus pequeños faltos de apetito y propiciará una mejor comunicación dentro de su familia. Buen provecho.
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