La literatura universal cuenta con numerosos relatos acerca de actos heroicos realizados por el hombre desde los primeros tiempos. Sin embargo, en pocas ocasiones se narran acontecimientos de este tipo llevados a cabo por miembros del sexo femenino.
Aunque la causa principal es obvia, la escasa participación que anteriormente se le permitía a la mujer en la vida social y económica de antaño, los pocos hechos registrados asombran por su intrepidez y su valentía. Tal es el caso de Sharon Adams, una sencilla ama de casa de treinta y nueve años de edad que se lanzó a atravesar completamente sola el Océano Pacífico. Partió en su velero (queche) de las costas de Yokihama en Japón y llegó después de setenta y cuatro días sana y salva a la Bahía de San Diego, el 26 de julio de 1969.
Aunque el incidente no tuvo mucha trascendencia en los medios de comunicación, acudieron a recibirla cientos de personas, entre ellas su orgulloso esposo, un instructor profesional de navegación. Realmente se trata de una gran hazaña que debería situarse en los anales de las narraciones heroicas.
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