El juego es quizá la actividad más importante que debe desempeñar un niño ya que gracias a él, entra en contacto con el medio que lo rodea, aprende a manipular objetos, comienza a establecer relaciones entre éstos y va construyendo su propio proceso de conocimiento.
A pesar de que la vida moderna y las severas exigencias escolares parecen haber olvidado este importantísimo aspecto que permite que se dé en el niño un desarrollo tanto social como emocional y neurológico, afortunadamente existe en nuestra ciudad, un sinnúmero de lugares cuyo lema es: “aquí se vale tocar, explorar y jugar”. ¡Claro!, como ya lo habrá imaginado, estamos haciendo referencia a las ludotecas. Se trata de espacios creados especialmente para los niños donde se les brinda la posibilidad de jugar libremente en compañía de otros pequeños y donde pueden manipular diversos materiales, explorar juguetes nuevos, participar en juegos colectivos, leer, crear, pintar, hacer ejercicio jugando, etc.
Además de tratarse de un espacio recreativo para los niños, las ludotecas tienen muchas otras ventajas. Una de ellas consiste en que son asequibles para cualquier presupuesto ya que tienen tarifas económicas. Esto permite que los niños tengan la opción de regresar a ellas con más frecuencia; otro aspecto positivo es que da a los adultos la posibilidad de cumplir con sus citas y compromisos. Esto se debe a que, en la mayoría de las ludotecas, cuando el pequeño ya puede separarse de sus padres sin dificultad, la entrada de éstos no se permite. El chiquito puede quedarse a jugar las horas que sea necesario sin la compañía de sus papás en un lugar seguro, tranquilo y, sobre todo, muy divertido.
Las vacaciones son momentos idóneos para adentrar a los pequeños en el mundo maravilloso de las ludotecas. No sólo les brindarán horas de esparcimiento y diversión, sino que también les permitirán invertir su tiempo sanamente manteniéndolos alejados del tedio y la inactividad.
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