Los niños no QUIEREN portarse mal

No conozco a ningún niño al que le guste que lo regañen constantemente, que le llamen la atención a gritos o lo rechacen.  No hay alguien que disfrute sentirse señalado cuando comete un error, o que lo volteen a ver porque no es capaz de lograr algo.

Cuando un niño recurre a una conducta inadecuada, es porque es la única manera que encuentra para actuar, no lo hace por molestar, por llevarnos la contra, por llamar la atención y, mucho menos, porque así se sienta bien. Necesitamos dejar de ver a nuestros niños con tanta exigencia, evitar los juicios y empezar a verlos como lo que son: niños.

Niños, y adolescentes, son seres humanos que están creciendo, necesitan de un contexto determinado para desarrollar su potencial y ese contexto se construye con protección, guía y contención, amor, mucho amor y paciencia. No sólo su cuerpo está creciendo; su cerebro, su pensamiento, y sus emociones, se están preparando para, en algún momento, lograr mantener un equilibrio y poder actuar de manera asertiva, pero para lograr eso, necesitan practicar, equivocarse y volver a intentarlo una y otra vez.  No lo pueden hacer solos, y mucho menos bajo estrés.   

Mamás, papás, maestros, abuelas y abuelos, entrenadores, tíos y tías, vecinos, todas las personas adultas a su alrededor necesitamos estar ahí para ellos. Necesitan sentir que podemos sostenerlos con seguridad y que son importantes, hace falta que se sientan apreciados, que reconozcamos sus esfuerzos.  Dejemos de hacer juicios sobre el niño que reprueba o sobre la niña que quiere sacar buenas calificaciones. Dejemos de criticar a la niña mandona o dominante, ella quiere tener amigos. Ya basta de regañar al niño que no puede estar quieto, porque simplemente no puede.

¿Por qué no, mejor buscamos la manera de entenderlos para tratar de darles lo que necesitan? Seguramente el niño que reprueba se siente alarmado, está inquieto por alguna situación y no puede concentrarse. Es probable que la niña mandona se sienta insegura y tenga que mandar para sentir que controla la situación y eso le da un poco de tranquilidad; es probable que el niño que no puede estar quieto sea muy sensible y necesite del movimiento constante para autorregularse, para equilibrar la información que recibe del mundo exterior.

Existen muchas razones por las que un niño recurre a conductas inadecuadas. Probablemente quiere llamar la atención, pero no de manera consciente, simplemente necesita sentirse visto, emocionalmente necesita sentir contacto y cercanía y la manera de lograrlo es a través de demandarlo.  El niño que llama la atención: requiere atención, hay que aprender a dársela y así dejará de exigirla a través de la conducta inadecuada.  

Probablemente sea una niña que experimente injusticia, se siente frustrada y su emoción la mueve a agredir o atacar, es un impulso el que la lleva a actuar de esa manera y como adultos estamos para ayudarla a regularse: aceptar su emoción, ofrecerle alternativas para liberarla, ayudarla a tomar consciencia sobre lo que siente y encontrar formas para gestionar esa frustración.

Como mamá y/o papá, e incluso como maestros, no siempre resulta sencillo entender el comportamiento de un niño o adolescente, necesitamos ampliar nuestra mirada y dejar de ver conductas para empezar a ver emociones ¿qué siente este niño que lo lleva a actuar de esta manera?  Necesitamos empezar a observar contextos y no quedarnos en los detalles de las conductas socialmente inaceptables.

Una de las cosas que definitivamente no ayuda es etiquetar o encasillar a nuestros niños y niñas en conductas o diagnósticos, tratemos de verlos desde una perspectiva más amorosa y empática, seguramente los trataremos diferente y ellos reaccionarán de una manera distinta. Como dice mi maestro, el Dr. Gordo Neufeld “Lo que vemos determina lo que hacemos”.

Si no puedes ver desde una perspectiva distinta, no dudes en pedir apoyo, por ti y por el niño o la niña que está a tu cuidado.

Marifer Calderón
Orientación Educativa y Familiar
Asesoría parental en línea
@marifer_calderon_
www.marifercalderon.com