Pero lo más curioso es que, a pesar de ser una fecha muy importante para los mexicanos, cuando se les pide a los pequeños que expliquen lo que significa el color del lábaro patrio, prácticamente ninguno puede hacerlo. Esto es muy significativo porque refleja una situación mucho más grave que existe no sólo en el ámbito educativo, sino en una gran parte de la población. Todos estamos conscientes del hecho de que somos mexicanos, pero realmente muy pocos saben lo que esto significa. Vivimos tratando de copiar modelos extranjeros de vida que no nos pertenecen y cada vez es mayor el desconocimiento que tenemos sobre nuestra propia identidad.
Hay un gran número de personas que se siente orgulloso porque por sus venas corre sangre europea o norteamericana. Los nombres de los establecimientos están llenos de apóstrofes y nombres extranjeros, muchos de ellos; por cierto, hasta mal escritos. Esto, lamentablemente, no es una exageración. Nos pasamos venerando la tecnología y los productos innovadores de otros países, dando por sentado que lo hecho en México está mal hecho. Sería mucho más interesante enseñarles a nuestros hijos desde ahora las riquezas de la cultura a la que pertenecen mostrándoles no solamente sus errores sino también sus muchas cualidades. De esta manera podrán respetarse a sí mismos y valorar su origen. Cuando esto suceda podrán realmente rendirle un homenaje a su bandera y a nuestros símbolos patrios.
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