Los especialistas del sueño que observan el ritmo cardiaco y los movimientos oculares de los bebés por nacer afirman que un feto pasa 24 horas al día durmiendo. No obstante, eso no implica que no tengan actividad alguna. Un bebé antes de hacer nada en el líquido amniótico del útero en un estado de somnolencia. Ejecuta algunos actos reflejos de movimiento que lo preparan a la vida fuera del seno materno. A partir de la semana 28 de gestación su sueño se vuelve bastante más agitado. Su movilidad aumenta y da patadas y brazadas. No obstante, pasa también por periodos de sueño tranquilo. Durante estos periodos su corazón late más lentamente y su cuerpo está en reposo. Poco a poco, los periodos de sueño activo y lento van tomando una secuencia regular.
Los investigadores creen que las secreciones hormonales de la madre, la taza de glucosa y el ritmo de vida influyen en el tipo de sueño del feto. Regularmente éste pasa por un periodo de actividad intensa entre las 9:00 pm y las 12:00 am.
Hacia los ocho meses de vida intrauterina los periodos de calma y de actividad intensa se instalan de manera regular. Los especialistas creen que, de esta manera, el feto se prepara para alternar en el momento del nacimiento los periodos de sueño y de alerta.
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