Llevados por la fantasía infantil y por los cuentos y películas de dibujos animados, estamos acostumbrados a asociar a los mentirosos con el famoso personaje de Pinocho, el títere de madera cuya nariz crecía y crecía cada vez que faltaba a la verdad.
Curiosamente, en el caso del ser humano, esta aparentemente imposible situación ocurre de manera similar cuando alguien miente. No se trata de un crecimiento hacia enfrente, como en el caso de nuestra simpática marioneta, sino de una hinchazón. A este fenómeno se le conoce como el efecto Pinocho y se da al inflamarse ciertos tejidos que se encuentran dentro de la nariz. Según un estudio realizado por psiquiatras de la Universidad de Illinois, esto sucede cuando mentimos y produce una sensación de picazón que nos hace rascarnos la punta nasal.
Según dichos expertos, a algunas figuras públicas, inmersas en connotados escándalos se les puede ver rascarse la nariz frecuentemente y aparecer ante las cámaras con la nariz ligeramente hinchada como si tuvieran un catarro o gripe. Aparentemente, se trata nada menos, que de un detector innato y muy revelador. ¿Qué le parece?
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