Los niños son incansables y su naturaleza los obliga a estar en constante movimiento. Esto, aunado al hecho de que en muchas ocasiones se les dificulta medir el peligro de una situación, provoca que estén expuestos en mayor grado a accidentes por lo que es importante estar preparados y saber qué hacer cuando suceden.
Algo que frecuentemente sufren los niños, son golpes en la nariz. Normalmente esto pasa cuando juegan pelota con otros pequeños o cuando accidentalmente reciben una patada fortuita. En algunas ocasiones, esto provoca que haya una hemorragia nasal, si tal es el caso, estas son algunas de las recomendaciones que se deben seguir:
- No acostar al pequeño, mantenerlo sentado o de pie.
- Inclinar la cabeza del niño hacia delante. No inclinarla hacia atrás; podrías hacer que la sangre bajara por su garganta.
- Oprimir la parte blanda de la nariz (justo debajo de la parte ósea de la nariz) y que respire por la boca. Hacerlo durante 10 minutos seguidos. Asegurarse de mantener la presión de forma constante durante 10 minutos.
- Si no consigues cortar la hemorragia, vuélvelo a hacer durante 10 minutos más, hasta conseguir parar la hemorragia.
Acudir al médico en caso de que:
- El pequeño se maree o se sienta débil o como si se fuera a desmayar.
- Si Presentara otros síntomas, como moretones inusuales por el cuerpo.
La mayoría de las hemorragias nasales ocurren cuando los diminutos vasos sanguíneos que recubren el interior de la nariz se rompen y sangran. Estos vasos sanguíneos son muy frágiles y están muy cerca de la superficie de la piel, lo cual hace fácil que se lesionen. Por lo que, debemos estar siempre atentos a nuestros pequeños para actuar de inmediato.
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