¿Cómo le enseño a aprender?

Los desafíos que implican las clases desde casa

CEO KIDCARE México. Niñologa. Filanmádrica. Mujer. Mexicana, Mamá. Empresaria. Emprendedora. Consultora Empresarial. Psicóloga. Terapeuta.

Cuando las mamás y papás exclaman sobre sus críos que “No vienen con un manual” yo respondo que es un verdadera fortuna, porque de lo contrario ya habríamos acabado con toda la floresta y luego me refiero a que cada ser humano es único, irrepetible e infinito. No nos creamos en escala ni a modo de maquila.

La unicidad queda en evidencia cuando nos toca hacer de maestras y maestros en casa ¿cómo hago para que aprenda? ¿que no puede aprender sin ayuda? ¿no es suficiente con que repita la lección? ¿por qué se distrae tanto y tan fácilmente en clase? Y es entonces cuando el entendimiento de estos seres maravillosos se convierte en una odisea en el espacio del conocimiento y la pedagogía.

Primero, toma un espacio para identificar cuál es el canal más cómodo de aprendizaje de tu hija o hijo, es decir, desde dónde muestra interés por aprender y curiosear. Si identificas claramente este canal, entonces la sintonía del conocimiento será mucho más clara y en la medida de lo posible fácil y sencilla.

Como adultos hemos aprendido a sintonizar multicanales o a variar nuestra experiencia de aprendizaje de forma automática y casi natural, sin embargo, las niñas y los niños tienen preferencia por uno o dos de los tres canales que son los más conocidos:  lo que ven, lo que escuchan y lo que van haciendo.

De esta manera, ante el conocimiento de que dos más dos son cuatro, algunos escucharán y entenderán sin dificultad (auditivos), otros mirarán fijamente la expresión 2+2=4 (visuales) y otros tendrán que tomar cuatro objetos, separarlos y contarlos (kinestésicos).

La labor de la escuela es unificar este conocimiento, es decir que tanto los visuales, auditivos y kinestésicos aprendan que dos más dos son cuatro y que con los ejercicios de cada canal, las niñas y niños se familiaricen con canales que no les son “naturales” en su propio estilo de aprendizaje para que puedan acceder a toda una gama de conocimientos a pesar de estar en canales diferentes.

Hay conocimientos a los que hoy como adultos podemos acceder desde la lectura, o desde un programa de televisión o un documental y otros desde los que sólo podemos aprender si lo hacemos.

Construir esta habilidad tomo los años que asistimos al preescolar y a la escuela de educación básica, en donde cada docente que acompañó nuestro camino, nos indico ver, escuchar y hacer. Así poco a poco nos fuimos familiarizando con cada uno de estos canales.

Así que es natural para las niñas y niños kinestésicos que no presten atención a lo que sucede en la pantalla y se pongan a hacer otra cosa. Lo mejor será reforzar ese aprendizaje con ejercicios para aprender haciendo con las manos y tomar paciencia para que cómodamente y sin regaños conecten a los canales visual y auditivo.

Será natural que tamborilee con los dedos o con el lápiz en la mesa, haga ruidos y no atienda las instrucciones si su canal preferido es el auditivo, entonces tendremos la oportunidad para hacer una canción como forma de reforzar ese conocimiento. Seguro que recordamos las melodías de las tablas de multiplicar que escuchamos hasta retenerlas en la memoria.

Para las niñas y niños visuales, la mayoría del conocimiento está a la vista: letras y números que aparecen en la pantalla, sin embargo, creer que son bien portados o que responden correctamente a los estímulos y no abrir sus posibilidades a los otros canales, puede restar en el futuro las posibilidades de acceder a los conocimientos que traen las artes y las ciencias.

Observa cómo prefiere aprender tu hija o hijo, acompáñale en este canal de preferencia y abre métodos novedosos de aprendizaje o acceso a la información en los canales con los que todavía no se siente familiarizado. Lo que sembremos ahora, será la base del desarrollo científico y tecnológico del futuro. Te invito a aceptar este desafío con el mayor entusiasmo. Mucha suerte.