Cuando se es adulto resulta muy difícil imaginar cómo ve el mundo un niño muy pequeño. Todo está hecho para los grandes y, por lo tanto, hay cosas que resultan muy difíciles de ver y de alcanzar. Sin embargo, podemos hacer algo para ayudarlos a que por lo menos puedan disfrutar su propia recámara, se sientan útiles y aprendan a realizar algunas tareas sencillas.
- Permita que el closet sea accesible para el niño. Los pequeños se sienten más capaces cuando pueden alcanzar y organizar sus pertenencias. Para lograrlo puede utilizar recipientes rectangulares de plástico en colores llamativos y colocar ahí algunas prendas como calcetines y ropa interior.
- Tenga a la mano un banco pequeño. Existen banquitos firmes y de baja estatura que permiten a los niños alcanzar lugares un tanto altos como repisas o el lavabo del baño.
Para un chiquito es muy satisfactorio poderse lavar las manos sin ayuda de mamá. Sin embargo, es importante que el banco no se voltee fácilmente para evitar accidentes.
- Cuelgue ganchos de pared para que el niño pueda colgar sus suéteres p chamarras y así vaya aprendiendo a recoger su ropa.
- Proporcione cajas de diferentes tamaños y colores para que el pequeño organice sus juguetes como mejor le parezca y pueda localizarlos fácilmente.
- Tenga en la recámara del niño, sillitas de su tamaño que pueda transportar sin ayuda, por ejemplo, al cuarto de la tele.
- Enmarque las pinturas hechas por su hijo y cuélguelas donde pueda veras. Esto hace que el pequeño se sienta aceptado y muy orgulloso de lo que puede hacer.
Estas son tan sólo algunas ideas que pueden ayudar a que el mundo de su hijo sea más agradable y, sobre todo, a que se sienta más seguro y respetado.
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