Aunque existen muchos tipos diferentes de colegios, unos más tolerantes que otros, todos tienen ciertas reglas que deben de ser cumplidas. En muchas ocasiones, dichas reglas pueden parecer absurdas, como el hecho de que los listones que decoran el pelo de las niñas tengan que combinar con el color del uniforme, que los tenis de deportes no admitan ningún tipo de adorno que no sea blanco, o que el forro de los libros tenga que colocarse de cierta manera.
Generalmente son los niños los que más aborrecen que este tipo de detalles, que a su juicio resultan completamente incomprensibles e irrazonables. Sin embargo, aunque probablemente resulten incómodas, tienen su razón de ser y están destinados a que los pequeños se acostumbren a seguir ciertas reglas, hecho que les permitirá, cuando sean mayores, acatar las normas que ciertos trabajos especifiquen, como usar un determinado uniforme, realizar algunas actividades siguiendo lineamientos específicos, etc.
Aunque aún sean muy pequeños para entenderlo y a nosotros mismos nos parezca exagerado, el hecho de que la escuela tenga una postura rígida en cuanto a algunos aspectos tiene una finalidad formativa, que a la larga será de ayuda a nuestros hijos. Sin lugar a dudas, ellos preferirían lucir en la escuela sus atuendos más preferidos, aunque estos impliquen teñirse el pelo de color púrpura.
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