Tal vez porque durante las vacaciones los niños tienen más tiempo para merodear por la casa o porque son unos comelones consumados, siempre sucede que durante todo el día hacen excursiones a la cocina para ver qué pueden comer. Para esto conviene tener a la mano pequeños tentempiés que sean de su agrado y que favorezcan una dieta balanceada, así como nutritiva. Para lograrlo se pueden preparar diversos tipos de alimentos para que también tengan variedad al escoger. Dentro del menú de refrigerios se puede incluir:
- Verdura picada (pepino, zanahoria, jícama, apio, etc.) con limón, sal y un poquito de chile, si gusta a los pequeños.
- Fruta de la estación en cuadritos.
- Sándwiches de jamón y queso, mermelada, cajeta, o mantequilla con azúcar cortados en cuatro partes.
- Surtido de cacahuates, nueves y pasitas.
- Gelatinas de varios colores, etc.
Con estos ricos alimentos, el hambre voraz de nuestros vacacionistas en casa quedará satisfecha, así como nuestra necesidad de que coman algo nutritivo.
