¿Ha observado que de vez en cuando las leyes fundamentales del universo parecen cesar, suspenderse momentáneamente y todo sigue marchando bien?
Al lavar los trastos, se le cae un vaso en el fregadero y, aunque rebota nueve veces, ni siquiera se astilla. Sale usted de su trabajo o de su casa, y se da cuenta de que dejó las luces encendidas de su auto todo el día, y se descargó el acumulador; sin embargo, como usted lo estacionó en una ligera pendiente de la calle, deja que su auto ruede hacia abajo, y éste arranca a la primera vez que suelta el freno. En el banco, su depósito se adelanta al cheque sin fondos que giró un día antes. El supuesto ataque cardíaco resulta ser sólo una indigestión.
Los pequeños milagros ocurren día con día a todo el mundo. Reconforta saber que pudo haber sucedido, pero no sucedió, y es una bendición vivir un día en que no sucede nada especial, cuando la vida transcurre simplemente.
