Cuando escuchamos la palabra rutina, vienen a nuestra mente algunas ideas negativas como aburrimiento, falta de iniciativa, desinterés, etc. Sin embargo, es un factor muy importante, especialmente dentro de la vida de un pequeño.
Aunque parezca difícil de aceptar el hecho de tener una rutina, brinda a los niños una sensación de seguridad y bienestar ya que les permite saber con exactitud las actividades que realizan día con día. Así se reduce el grado de incertidumbre que provoca ansiedad y, además, les da una estructura que les permite empezar a ser organizados.
Los expertos en psicología han estudiado el papel que tiene la organización dentro de la vida de los seres humanos y han observado que las personas que desde pequeñas se someten a un cierto orden, logran utilizar mucho mejor su tiempo en actividades provechosas. Se trata también de adultos que padecen con menor frecuencia de alteraciones emocionales. El ser ordenado permite tener control sobre muchos aspectos de la vida cotidiana, lo que brinda seguridad.
Por ello, es de vital importancia que acostumbremos a nuestros pequeños a tener y seguir una rutina. Por supuesto, esto no implica que todos los días deban ser exactamente iguales, sino que es relevante que un niño tenga un plan estructurado y sepa lo que va a ocurrir durante la jornada.
La mayoría de las veces, lo que sucede es que ni los padres logramos acomodar nuestro tiempo y traemos a nuestros hijos de un lado para el otro sin explicación alguna. Vale la pena sentarse a planear una rutina y llevarla a cabo.
Esto nos traerá mucha tranquilidad y nuestros hijos lo agradecerán profundamente. Recuerde bien qué rutina y aburrimiento no son sinónimos.
